Las Redes Sociales
¿Realmente nos conectan?
¿Realmente nos conectan?
Las opiniones son realmente dispares, ya que
unos fehacientemente consideran que la llegada de las redes sociales está
provocando mayor cercanía entre las personas, debido a que podemos comunicarnos
tanto con nuestras amistades cercanas como también con alguien que esté al otro
lado del mundo. Cabe destacar, que para los colonos digitales, es decir, quienes
han debido migrar y aprender todo lo relacionado al mundo digital agradecen toda
esta innovación, pero desde lejos, pues pocos las utilizan.
Como
decíamos, la humanidad crece a pasos agigantados y en conjunto con la llegada
de toda la tecnología de redes ha provocado una mayor conexión. Un claro
ejemplo de ello son las noticias, debido
a que ya no pasan días para saber qué ha ocurrido de forma exacta en una nación
lejana a la nuestra y viceversa. De la misma forma, quienes por razones
personales, de trabajo o estudio viajan, cambiándose de residencia hoy en día
pueden seguir conectados con sus seres queridos de una forma más instantánea. Y
es ese mismo el punto en cuestión, por el cual muchos avalan esta nueva forma
de comunicación: La instantaneidad a pesar de la distancia.
Sin
embargo ¿Qué sucede cuando las personas se enajenan y a pesar de encontrarse en
la misma habitación con otra no sueltan el dispositivo que los mantiene
conectado a alguna red social? Es ahí donde se cruza la brecha entre lo sano y
lo dependiente que algunos se vuelven a Facebook, Twitter, Tumblr, entre otras.
La dependencia a dichas redes puede provocar trastornos de irrealidad y olvidar
lo valiosa que es la comunicación cara a cara.
El
problema está en que cada vez más instituciones, organismos, empresas y/o
lugares de trabajo recurren a los sistemas y plataformas online para dar
respuestas a dudas, o bien para atender inquietudes. De esta forma, se
impersonalizan más aún las relaciones.
Aún
así, cuando estas redes son utilizadas con fines realmente sociales como
campañas de prevención o ayuda, cumplen su función a cabalidad. Los mismos
usuarios generan un compromiso para masificar el mensaje y cumplir con lo que
se les está pidiendo. En conjunto a esto, podemos señalar uno de los beneficios
que poseen estas redes, el cual es la conformación de grupos con intereses
afines. Ocurre, más a menudo en Twitter, que se realizan “juntas twitteras” en
las cuales un grupo de “twitteros” se junta luego de haberse puesto de acuerdo
vía online, por obviedad estas personas no se conocían antes de tal junta. Por
consiguiente, la comunicación online también puede estimular la real, a través
de estas juntas. Eso sí, no está demás decir que estos encuentros tienen un
porcentaje de peligrosidad porque uno no sabe realmente con quién se va a
encontrar, es por eso menester acudir con responsabilidad y cuidado.
Finalmente,
la discrepancia entre si nos conectan o por el contrario nos separan más aún
las redes sociales es amplia y establecer un consenso es casi imposible, pues
existen argumentos sólidos de cada lado. Lo fundamental, es jamás olvidar la
mayor validez que posee una conversación en persona a una virtual, creemos que es
justificable sólo cuando está involucrada una gran distancia de por medio,
porque de no ser así poco a poco se estaría cayendo en una pésima costumbre. Es
necesario recordar el fin de estas nuevas vías de comunicación y no
traspasarlas, olvidando lo tangible.
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